Los contratos administrativos: Tipos y características principales

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Los contratos administrativos: Tipos y características principales

 Introducción a los contratos administrativos

En el ámbito de la Administración Pública, los contratos administrativos juegan un papel esencial para el funcionamiento del sector público. Estos contratos permiten a la Administración adquirir bienes, contratar servicios o llevar a cabo obras públicas, entre otras muchas cosas. Por tanto, es fundamental que quienes preparan oposiciones para ser Administrativo del Estado, Auxiliar Administrativo del Estado o trabajar en la Gestión del Estado, comprendan bien los tipos y las características principales de estos contratos.

En este blog, desgranaremos todo lo que necesitas saber sobre los contratos administrativos: qué son, cuáles son sus tipos, sus principales características y cómo se regulan. ¡Vamos a por ello!

¿Qué es un contrato administrativo?

Un contrato administrativo es aquel que celebra la Administración Pública con una persona física o jurídica, con el objetivo de satisfacer alguna necesidad de interés público. Estos contratos se caracterizan por estar sometidos a normas de derecho administrativo, que otorgan una serie de prerrogativas a la Administración, como la posibilidad de modificar o resolver el contrato de manera unilateral.

La legislación que regula estos contratos está recogida en la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público (LCSP). Esta norma tiene como objetivo lograr una mayor eficiencia en la contratación pública y garantizar que los procesos sean transparentes, equitativos y competitivos.

Tipos de contratos administrativos

Según la LCSP, los contratos administrativos pueden dividirse en varias categorías. Vamos a analizar cada uno de ellos con detalle:

Contratos de obras

Los contratos de obras son aquellos cuyo objeto es la ejecución de una obra pública. Esta categoría incluye la construcción, reparación o conservación de infraestructuras como carreteras, puentes o edificios públicos.

Por ejemplo, si el Estado necesita construir una nueva carretera, licitará un contrato de obras para que una empresa se encargue de su construcción. En estos contratos, la Administración tiene un control más exhaustivo sobre la ejecución del proyecto, pudiendo incluso realizar modificaciones durante el desarrollo de las obras, siempre y cuando lo justifique un interés público.

Contratos de servicios

Un contrato de servicios es aquel cuyo objeto es la prestación de servicios a la Administración. Aquí podemos encontrar todo tipo de actividades, desde la limpieza de edificios públicos hasta el mantenimiento de sistemas informáticos.

Un ejemplo claro sería el contrato que firma una empresa privada para encargarse de la limpieza de un hospital público. En este caso, la empresa asume la responsabilidad de garantizar que el servicio se preste de manera adecuada, bajo los parámetros establecidos por la Administración.

Contratos de suministros

Los contratos de suministros son aquellos en los que el objeto es el suministro de bienes muebles. Este tipo de contrato se utiliza cuando la Administración necesita adquirir productos como equipos informáticos, mobiliario o material sanitario, entre otros.

Un ejemplo cotidiano podría ser el contrato que realiza un ayuntamiento con una empresa para comprar ordenadores nuevos para sus oficinas. Este contrato debe especificar claramente las características del producto, las condiciones de entrega y el precio.

Contratos de concesión de obras y servicios

Los contratos de concesión son una categoría especial de contratos administrativos. En este tipo de contratos, la Administración confía la ejecución de una obra o la prestación de un servicio a una empresa privada, que se financia con los ingresos generados por el propio contrato.

Un ejemplo muy típico es el contrato de concesión para la gestión de una autopista de peaje. La empresa concesionaria se encarga de construir y mantener la autopista, y a cambio tiene el derecho de cobrar peajes durante un periodo de tiempo determinado.

Características principales de los contratos administrativos

Ahora que conocemos los principales tipos de contratos administrativos, es importante entender las características que los diferencian de otros tipos de contratos.

Naturaleza jurídica pública

La principal característica de los contratos administrativos es que están sometidos a las reglas del derecho administrativo. Esto significa que la Administración tiene ciertos privilegios en la relación contractual, como la potestad de resolver el contrato de manera unilateral en casos de interés público. Esta prerrogativa no existe en los contratos entre particulares.

Control y supervisión por parte de la Administración

La Administración tiene un control más riguroso sobre la ejecución de los contratos administrativos. Esto incluye la posibilidad de imponer sanciones a la empresa contratista en caso de incumplimiento o retraso en la entrega. Además, puede exigir la subsanación de errores o defectos en la prestación del servicio o la obra.

Posibilidad de modificación unilateral del contrato

Otra característica importante es la posibilidad de que la Administración modifique de manera unilateral el contrato, siempre que se justifique por razones de interés público. Sin embargo, cualquier modificación debe respetar los límites establecidos por la LCSP, que exige que la modificación esté contemplada en los pliegos iniciales o que no suponga una alteración sustancial del objeto del contrato.

Pliegos de condiciones

En todos los contratos administrativos, la Administración redacta un pliego de condiciones que establece los términos del contrato. Este documento es clave, ya que define el objeto del contrato, las condiciones de ejecución, los plazos, el precio y los derechos y obligaciones de ambas partes.

El pliego de condiciones también es una herramienta esencial para garantizar la transparencia y la igualdad de condiciones entre los licitadores. Todas las empresas interesadas en participar en la licitación deben ajustar sus propuestas a lo establecido en el pliego.

Procedimiento de adjudicación de contratos

Una parte fundamental del proceso de contratación pública es el procedimiento de adjudicación de los contratos. La LCSP establece diferentes modalidades para adjudicar los contratos, dependiendo de su cuantía y complejidad. Vamos a revisar las más comunes:

Procedimiento abierto

En el procedimiento abierto, cualquier empresa interesada puede presentar una oferta. La Administración establece una serie de criterios objetivos que se deben cumplir, y las ofertas se valoran según estos criterios.

Un ejemplo sería la contratación de una empresa para la construcción de un polideportivo. El ayuntamiento publicaría un anuncio de licitación, especificando las características del proyecto y los requisitos que deben cumplir las empresas interesadas. Luego, se analizarían las ofertas y se adjudicaría el contrato a la empresa que ofrezca las mejores condiciones.

Procedimiento restringido

En el procedimiento restringido, solo pueden participar en la licitación las empresas que hayan sido previamente seleccionadas por la Administración. Esto se utiliza generalmente para contratos más complejos, donde se necesita un mayor control sobre los licitadores.

Procedimiento negociado

El procedimiento negociado se utiliza en casos excepcionales, como cuando solo una empresa tiene la capacidad para ejecutar el contrato. Aquí, la Administración negocia directamente con la empresa para acordar los términos del contrato.

Contratos menores y sus particularidades

Los contratos menores son aquellos que no superan los 40.000 euros para contratos de obras o los 15.000 euros para contratos de suministros y servicios, tal como establece el artículo 118 de la LCSP. Este tipo de contratos no requiere seguir el procedimiento de licitación pública, lo que facilita su adjudicación.

Un ejemplo clásico sería la contratación de una empresa para pintar las paredes de un edificio municipal. Si el coste es inferior a 15.000 euros, la Administración puede adjudicar el contrato de manera directa, sin necesidad de licitarlo públicamente.

Conclusión: La importancia de los contratos administrativos en la gestión pública

Los contratos administrativos son una herramienta esencial para garantizar el buen funcionamiento de los servicios públicos y la ejecución de obras de interés general. Para quienes aspiran a trabajar como Administrativo del Estado, Auxiliar Administrativo del Estado o en Gestión del Estado, entender sus tipos y características es fundamental.

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